*Que llena de alegría a Veracruz
Por Eduardo Guevara/NOTIVER
La tradición de “El Viejo” se remonta a varias décadas atrás y tiene raíces tanto en el folclore mexicano como en influencias de rituales europeos y afrocaribeños.
En sus inicios, el personaje de "El Viejo" representaba el año que termina, un símbolo del pasado y las experiencias acumuladas. Al disfrazarse, los participantes simbolizan el envejecimiento del año, mientras que el acto de recorrer las calles y bailar se convierte en una celebración de cierre y renovación.
El espíritu de “El Viejo” sigue marcando a Veracruz como un lugar donde las tradiciones no solo se conservan, sino que evolucionan con el tiempo. Cada baile, cada carcajada y cada muñeco quemado es un recordatorio de que, en medio de los desafíos, siempre hay espacio para celebrar la vida, la comunidad y la esperanza en un nuevo comienzo.
Aunque no se tiene un registro exacto de cuándo comenzó, esta tradición está profundamente arraigada en comunidades veracruzanas, especialmente en municipios como Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo, pero también ha llegado a otras regiones del país.
En las calles de la colonia Primero de Mayo Norte, en la ciudad de Boca del Río, nos encontramos con Joel, un personaje que encarna el espíritu festivo de la temporada. Vestido como mujer, con globos en los glúteos y el pecho para darle un toque cómico a su caracterización, él y sus compañeros se encontraban en la avenida Úrsulo Galván, descansando tras recorrer varias calles de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Joel es parte de una de las tradiciones más icónicas del estado: “El Viejo”. Cada fin de año, hombres y mujeres se disfrazan de viejos o incluso de mujeres, añadiendo un toque humorístico, para bailar al son de la música, de las batucadas o de canciones tradicionales mientras recorren las calles deseando un próspero Año Nuevo a los transeúntes.
Según Joel, esta tradición tiene décadas de historia y busca principalmente llevar alegría a los veracruzanos, cerrar el año con energía positiva y fortalecer los lazos comunitarios.
Con el paso del tiempo, esta tradición se ha adaptado y expandido. En Veracruz y Boca del Río, es común ver a los "Viejos" recorrer calles, plazas y mercados. En otros municipios y estados de México, han surgido versiones similares, aunque con variaciones locales. Incluso, medios nacionales e internacionales han documentado este fenómeno, destacando su colorido y su capacidad para unir a las comunidades.
El punto culminante de esta tradición ocurre cerca de la medianoche del 31 de diciembre, cuando se quema un muñeco que simboliza a “El Viejo”. Este acto tiene un fuerte simbolismo: se despide el año que termina, se dejan atrás los problemas, las dificultades y lo negativo para dar paso a un Año Nuevo lleno de esperanza y prosperidad.
El muñeco, que suele estar hecho de ropa vieja, cartón y relleno de papel o aserrín, es encendido mientras las familias, amigos y vecinos celebran con abrazos, brindis y buenos deseos. Este ritual, aunque sencillo, tiene un profundo significado para quienes lo practican, pues representa una especie de catarsis colectiva y un compromiso con el futuro.
Joel, quien este año lleva más de una semana recorriendo diferentes calles, comenta con entusiasmo: “Esto no es solo una tradición, es un regalo para la gente. Queremos que cierren el año con una sonrisa, con alegría. Eso es lo más importante”.
Así, mientras Joel y otros personajes como él siguen recorriendo calles llevando su espectáculo, los veracruzanos se preparan para despedir otro año, dejando lo malo atrás y recibiendo con los brazos abiertos lo que está por venir.