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* Será en Alvarado, donde lo vienen haciendo desde hace 130 años

Por VÍCTOR PINEDA
Reportero de NOTIVER

Como ya es tradición este 12 de octubre se celebrará en el municipio de Alvarado el tradicional "encierro de Burros", el cual es un desfile que se remonta a la lucha de clases sociales de esa localidad y que data a finales del siglo XVIII.

Dicha tradición cuenta con arraigo y es una de las más concurridas en Alvarado y la región, donde los hombres utilizan ropa y accesorios de mujer en una sátira que se viene practicando desde hace 130 años, y, que de generación en generación se transmite entre las familias nativas de este municipio.

Fue el Ayuntamiento de Alvarado quien convocó a la población a participar en una de las fiestas más tradicionales de ese municipio, el cual representó la lucha de clases de una manera muy peculiar.

El evento se realizará este 12 de octubre a las 3 de la tarde, como tradicionalmente se ha hecho por más de un siglo.

El antecedente histórico se remonta a finales del siglo XVIII, cuando los pobladores de esa región sotaventina veían en las cabalgatas a hermosas mujeres, algunas extranjeras, que se regodeaban con lujosos ajuares y finos corceles exhibiéndose en tono burlesco.

Es así que, tomado como una burla por parte de la clase baja de pescadores y campesinos, un día se pusieron de acuerdo y utilizando ropas y maquillaje de sus mujeres treparon en sus burros y cabalgaron a la par, burlándose de la clase alta, lo que provocó la irritación de ricos y hacendados.

Como una medida preventiva para evitar ese tipo de sublevación y protesta, los hombres de la clase alta reprimieron a sus trabajadores y mandaron a encerrar a todos los burros de la clase baja, coartándoles el derecho de protestar en esa desigual lucha de clases.

El resultado fue inesperado y la reacción provocó que el incidente se institucionalizara hasta nuestros días, convirtiéndose en el gran desfile tradicional del "encierro de burros".

Desde entonces, los alvaradeños de todas las clases sociales se preparan con orgullo para el festejo, procediendo a la sesión solemne de maquillaje y vestuario para hacer de la fiesta una tradición cuyos inicios se remontan a la lucha de clases de finales de siglo XVIII.