* “En la injusticia, dolor, en la incomprensión o en la muerte” dice Arzobispo de Xalapa
* Viacrucis y Procesión del Silencio
Por Noemí Valdez
Reportera de Notiver
“Señor pequé, pecamos Señor y nos pesa; te misericordia de nosotros” con esas palabras el Arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, encabezó el Vía Crucis en el centro de Xalapa.

Este este Viernes Santo, se realizaron tres celebraciones: 2 actos piadosos que son el viacrucis y la procesión del silencio; además de un acto litúrgico la celebración de los oficios de la Pasión del Señor, siendo este el más importante del día.
El Arzobispo dijo que Jesucristo se humilló hasta el extremo por amor obediencia y aceptó la muerte la muerte en la Cruz, y nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

También hizo un llamado a los fieles a no sentirse solos en la injusticia, dolor, en la incomprensión o en la muerte.
“Hoy vivimos el amor más grande, para que que en nuestra dificultades, en estas cruces y nuestras enfermedades, en nuestros múltiples problemas, nunca estemos solos, porque todos los problemas todas las dificultades, todas las ansiedades y sufrimientos que tenemos todas ellas están en la cruz de Cristo, todas esas situaciones están en la pasión de Cristo, todos los sufrimientos más profundos y soledad, más impresionantes que pueda vivir el ser humano”.
Jorge Carlos Patrón Wong dijo que el misterio de muchos de nosotros “sin pedirlo, sin desearlo o sin pensarlo” nos encontramos junto a Cristo cargando diversos sufrimientos en la vida.
“Pero ninguna cruz humana, es una cruz que puede terminar en muerte o frustración, porque así es la vida cristiana, con la victoria y esperanza de cristo”.

Por ello, remarcó que los problemas humanos a veces no queremos o no podemos comprender, pero ahí está Jesús y María acompañándonos en los problemas cotidianos que al final son vencidos como lo hizo el propio Jesucristo en la Cruz del Calvario.
Finalmente hizo votos por la salud del Papa Francisco, por la paz en el país; por aquellos que sufren enfermedades, por aquellos que tienen familiares ausentes, por los desamparados y por la Iglesia en general.