* PVEM dice que no es necesario; pero acepta que hay riesgo
*¿Qué cara le pones a la familia de los que mataron? le responden
*Morena se mete y pide dejar el pasado
Por Noemí Valdez
Reportera de NOTIVER
Las bancadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde (PVEM) y Morena, se enfrentaron este jueves durante la sesión, esto debido a que el tricolor pidió que en Veracruz se instale una Mesa Permanente de Seguridad, para atender amenazas y posibles atentados a candidatos y candidatas en el proceso Electoral Local Ordinario 2024-2025.
En tribuna, el diputado Héctor Yunes, dijo que el dirigente del tricolor en Veracruz Adolfo Ramírez Arana ya exhibió amenazas a los aspirantes y “de no escuchar demandas, la autoridad será responsable”.
Para responderle y a defender a la Gobernadora, subió a tribuna el coordinador del Partido Verde de México (PVEM) Marcelo Ruiz Sánchez quien aceptó que si hay problemas de inseguridad pero “rechazamos cualquier insinuación que la titular del ejecutivo ha sido omisa”.

El congresista dijo que actualmente hay una mesa donde ya participan los tres niveles de Gobierno, misma que ha funcionado.
Una vez más, Yunes Landa subió para reclamar al congresista y le cuestionó “¿con qué cara le pones a la familia? de los que mataron en tu partido” y le recordó que el PVEM tiene varios “muertos”.
Al respecto recordó que el secretario del ayuntamiento de Paso del Macho y aspirante del PVEM a la misma alcaldía, Carlos Ranses Neri Rodríguez, junto con su hermano, quienes fueron reportados como desaparecidos, aparecieron muertos.
O el caso de Benito Aguas, diputado federal por Veracruz, quien fue asesinado.
Marcelo Ruiz Sánchez, respondió que no quería hacer “grilla” de estos casos e insistió en que las autoridades están haciendo su trabajo.
Al pleito, se metió el diputado de MORENA, Diego Castañeda Aburto, quien acusó al priista de politizar el tema; dijo que ya era necesario dejar el pasado y hasta cuestionó el estudio llamado Data Cívica que recientemente expuso que la violencia se ha convertido en una herramienta del crimen organizado para influir en la vida pública.