* Con la bendición a personas de la comunidad LGBT con el matrimonio
* Eso pidió el Obispo de Veracruz

AVC/José Juan García
Foto Joel Soriano

El obispo de la diócesis de Veracruz, Carlos Briseño Arch, pidió que no se confunda la bendición a las personas de la comunidad LGBT con el sacramento del matrimonio.


En rueda de prensa donde dio un mensaje con motivo de la Navidad, Briseño Arch aseguró que no se dará la bendición a parejas del mismo sexo que se presenten ante un ministro católico, pero aclaró que sí podrá dárseles individualmente.
“No se considera eso (la bendición) un matrimonio”, precisó.

El prelado recordó que la Iglesia Católica reconoce el matrimonio como la unión entre una mujer y un hombre.

“Aquí ha habido una confusión, cualquier ser humano se le puede dar una bendición porque es hijo de Dios, todos tenemos una dignidad, nomás que a veces confunden la bendición con el matrimonio, son dos cosas distintas, son dos temas completamente distintos, la Iglesia considera el matrimonio entre un hombre y una mujer, punto”, puntualizó.

Incluso, el obispo de la diócesis de Veracruz dijo que parejas que no se encuentran casadas pueden recibir una bendición, pero que recibirla no implica que regularicen su situación ante la Iglesia.

Por otra parte, Carlos Briseño Arch manifestó que la violencia representa un denominador común en la sociedad, la cual indicó que es consecuencia del pecado.

En ese sentido, Briseño Arch invitó a los católicos a fomentar la paz en cada uno de sus ambientes.

“Dentro de la familia, en la sociedad, en la política, en nuestras relaciones a veces laborales, en los colegios, en todas partes podemos ver, incluso en los medios de comunicación cuando se genera en las películas, cuando se genera ese clima de violencia, yo creo que sí tenemos que ser conscientes y más críticos a eso e ir generando otro tipo de cosas, ir fomentando otro tipo de cosas que nos ayuden a quitar y a superar esta actitud”, insistió.

Por último, el obispo recordó que el Adviento representó un tiempo para prepararse para recibir a Jesucristo en la Navidad para generar diálogos de reconciliación y fraternidad en la comunidad.