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¡QUE NO SE PIERDA LA TRADICIÓN DE LA RAMA! -SALDRÁN A LAS CALLES PARA ENTONAR LA FAMOSA “RAMA”

Alumnos de diversas escuelas de este puerto saldrán a las calles para entonar la famosa “rama” que es una de las festividades originarias de Veracruz Ataviados con trajes de jarocho...

Por Ignacio Contreras
Reportero de NOTIVER

Alumnos de diversas escuelas de este puerto saldrán a las calles para entonar la famosa “rama” que es una de las festividades originarias de Veracruz Ataviados con trajes de jarocho, los alumnos, acompañados de jaranas cantaran por algunos puntos de la ciudad, para no perder esta tradición, como indicaron a NOTIVER.

En la rama se reúnen formas y costumbres en el canto, el baile, la representación teatralizada y la caracterización de personajes.

El 16 de diciembre, con el inicio de las posadas, comienzan también los cantos nocturnos de la rama, cuyos antecedentes más lejanos se encuentran en la época colonial, cuando los misioneros españoles empezaron a difundir la religión cristiana, utilizando en las festividades religiosas, hachones, velas de cera, faroles con armadura de metal o de madera, que en la Nueva España se sustituyeron con varas de la flor del maguey.

De acuerdo a la parte histórica de esta tradición veracruzana, la de la rama fue evolucionando arraigándose en la región del Sotavento, apareciendo luego en el Puerto jarocho al iniciar el siglo XX, y en Xalapa durante la tercera década de ese siglo.

En un principio en Veracruz sólo se veían por las calles las ramas que recibían las familias tlacotalpeñas o alvaradeñas que vivían en el Puerto.

En Alvarado las ramas se hacían sobre la flor del maguey que se da en las arenas de los médanos costeros, rectas de poco peso y con las ramas en la copa que facilitan el adorno, mismo que se complementaba y con unas ventanitas que dejaban salir la luz de las velitas que se encendían en su interior.

Se adornaba el portalito con el niño Jesús, con cadenas de papel y sartas de tejocotes. Con este escenario ambulante, se recorría la población casa por casa, entregándoseles una rama y amenizando con coplas y villancicos.