* Expertos del IIB de la UV se dedican al rescate y rehabilitación de ejemplares huérfanos de Manatí

Por NOEMÍ VALDEZ
Reportera de NOTIVER

La Universidad Veracruzana (UV), a través del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), realiza diversas acciones para la preservación del manatí, entre las que se encuentran rescate y cuidado de crías huérfanas así como orientación y capacitación de habitantes de comunidades costeras en donde se puede localizar a este mamífero conocido también como “vaca marina”.

Blanca Elizabeth Cortina Julio, dio a conocer que a propuesta del Comité Nacional para la Conservación y Protección del Manatí (del que forma parte y es fundadora), desde el 7 de septiembre de 1992 se celebra el Día Nacional del Manatí, sumándose países como Brasil, Costa Rica, Puerto Rico y Estados Unidos, que han mostrado interés en la conservación del mamífero.

Explicó que el manatí o vaca marina es importante en el ecosistema, dado que hace la función de indicador de salud de cuerpos de agua (que le pueden causar la muerte si están contaminados), sirven como abonadores de su hábitat y son herbívoros.

A la fecha existe una sola especie en México (Trichechus manatus) y se le localiza principalmente en ríos, lagunas, cenotes, aunque también se le puede encontrar en el mar pues lo ocupa como canal para pasar de un río a otro o de una laguna a otra, pero su principal hábitat son los lugares en donde hay presencia de bosques o manglares.

En el estado de Veracruz se le puede encontrar en el sistema lagunar de Alvarado y varios de sus afluentes, en el Papaloapan y en zonas más alejadas como Coatzacoalcos.

Por su carne –que aseguran tiene tres sabores–, la grasa y los diferentes usos de sus huesos –que son pesados, no porosos y parecidos al marfil–, el manatí fue objeto de caza que lo puso en peligro de extinción; afortunadamente esta práctica ha disminuido al legislarse sanciones muy estrictas para quienes la sigan llevando a cabo.

En referencia al trabajo desarrollado por el IIB, Cortina Julio mencionó que tienen un programa amplio de investigación y de acciones de educación y sensibilización, el cual ha dado por resultado que la gente cuide y respete a estos animales, y ya se empieza a observar su reproducción. “Seguimos trabajando en ello”, dijo.

Por ahora, han participado en el rescate y rehabilitación de ejemplares huérfanos, como el que se dio en la comunidad Nacaste, municipio de Alvarado, cuyos habitantes le pusieron por nombre “Dominga”; a otros manatíes también rescatados en el mismo lugar los llamaron “Juventino”, Pablo” y “Silvia”.