Por Rodrigo Barranco Déctor/NOTIVER
Vecinos de la colonia Amapolas, al poniente de la ciudad de Veracruz reportaron a un hombre de aspecto joven que deambulaba por las calles con la cabeza y otros restos de un perro que cargaba amarrados a su espalda.
Varios colonos le tomaron fotografías a distancia y la subieron a redes sociales, lo que horrorizó a miles de usuarios que pidieron un castigo ejemplar para el sujeto.
Sin embargo, otro muchacho tuvo el valor de acercarse a esa persona cuando descansaba en la sombra de un árbol y con toda tranquilidad contó que el cadáver del canino lo había encontrado en las vías del tren.
Luego enseñó orgulloso una bebida que en su interior tenía un sapo flotando, diciendo que era alcohol y que le echó al anfibio para que estuviera más fuerte sus efectos embriagantes.
El sujeto posó con toda tranquilidad para la cámara del vecino que le pidió de favor que tirara los restos del perrito, pero él se negó porque los iba a llevar a su casa.
Tambaleante, con los ojos desorbitados y riendo dijo que iba a ocupar esa carne para comérsela, y de inmediato se despidió extendiendo la mano, llena de sangre, con el puño, para irse del lugar.
Por ahora, se sabe que luego de las denuncias la policía municipal y estatal montaron una serie de rondines por Amapolas, para dar con el responsable, pero no lo han podido localizar.