Por Eduardo Guevara/NOTIVER
Caracas, Venezuela – La crisis política en Venezuela ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad tras las protestas masivas registradas en las principales ciudades del país. Miles de ciudadanos tomaron las calles este jueves para rechazar la continuidad del gobierno de Nicolás Maduro y respaldar la victoria del opositor Edmundo González Urrutia, quien fue reconocido como presidente legítimo por algunas naciones, mientras el oficialismo insiste en desconocer su liderazgo.
Las movilizaciones, que iniciaron de manera pacífica, fueron rápidamente reprimidas por fuerzas de seguridad que emplearon gases lacrimógenos, perdigones y detenciones arbitrarias contra los manifestantes. En Caracas, la jornada se tornó especialmente violenta cuando la comitiva de María Corina Machado, líder opositora y figura clave en las movilizaciones, fue interceptada. Según su equipo de trabajo, Machado fue detenida "de manera violenta" mientras se dirigía a un acto en apoyo a las protestas.
El contexto en el que ocurre su detención no es casual. Desde su inhabilitación política en las elecciones primarias de la oposición, Machado ha denunciado constantemente las acciones represivas del régimen, así como las condiciones de vida de los venezolanos, quienes enfrentan una inflación descontrolada, escasez de alimentos y medicamentos, y una migración masiva que ha dejado a millones fuera de la nación.
Mientras tanto, el régimen de Maduro continúa reforzando su control sobre las instituciones del Estado, desconociendo los llamados internacionales a respetar los derechos humanos y la voluntad popular. Este ambiente de confrontación ha incrementado la tensión en las calles, con ciudadanos que exigen un cambio frente a un gobierno que consideran ilegítimo.
Organismos internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, han expresado su preocupación por la creciente represión en Venezuela, exigiendo la liberación inmediata de María Corina Machado y otros líderes opositores detenidos.
La incertidumbre domina el panorama político, mientras la oposición busca mantener el impulso de las protestas y la comunidad internacional evalúa nuevas medidas para presionar al régimen de Maduro. La situación en Venezuela continúa siendo un reflejo de un país dividido entre el deseo de cambio y un gobierno que se resiste a ceder el poder.