* Presbítero Juvencio Castellanos cumple 50 años como sacerdote
Por FEDERICO GARCIA
Reportero de NOTIVER
Foto Joel Soriano
Al cumplir 50 años como sacerdote, el presbitero Juvencio E. Castellanos Chávez, párroco de La Divina Providencia del puerto de Veracruz, recordó su apostolado para quienes se dedican a esa actividad, “Ser obediente, ser casto (célibe) y sin apego a las cosaas materiales”.
En un recuento de su vida, contó que sus inicios fueron cuando iba al catecismo en la ermita La Gran Madre de Dios por invitación de las religiosas del Paccelli, ellas lo convencieron para ir al Seminario, “las religiosas hablaron con el arzobispo, porque el curso ya había comenzado, le comunicaron a mi hermano y a mi padre que sí me aceptaban en el Seminario”.
Tenía 13 años, acababa de terminar la primaria en la Escuela “Juan Malpica Silva” y entonces me fui al seminario, “me atraía lo que me platicaban las madres-religiosas de la biblia, de Jesús, luego con las enseñanzas del presbítero Alfonso Miranda me surgió la pasión por el sacerdocio”.
Ahorita, tengo 76 años cumplidos y son 50 de sacerdocio, estudié trece años en el Seminario, que fue la secundaria y preparatoria, filosofia y teología, pero más Latín y Griego, ya en el transcurso se estudia también el Inglés y Francés, después hice una especialización.
“Yo estuve en Roma tres años, aprendí Italiano, estudiando la licencia de Teología Litúrgica, con los famosos Padres Benedictinos, “es lo máximo que uno vive, eso es el centro del cristianismo, el conocer al Papa, hablar con él, hablé con el Papa Juan Pablo II tres veces en Roma”, recordó con emoción el sacerdote menudito.
“A mi me dijo en una ocasión el Papa, ah tú eres de Veracruz, tú estudias la liturgia en Roma, ah mucho gusto, adelante”, instantes después el señor Obispo Padilla que estaba presente, reclamó, “este me quitó de la plática con Su Santidad”.
La experiencia más bonita, reconoció, es conocer a la Iglesia desde Roma, donde están asentadas todas las culturas, la Ciudad Antigua, ahí se puede uno comunicar con personas de todo el mundo, con rusos o con chinos, a través del Italiano.
Me fui en el 84 y regresé en el 86, para ese momento, cuando estuve en Roma, yo ya había sido acá Vicario en Soledad de Doblado, en San Miguel Arcángel (La Cabaña), en la Divina Providencia y me fui como maestro al Seminario en Teziutlán, Puebla, fue entonces cuando me fui a Roma..
Al volver estuve doce años de maestro en los Seminarios, hasta el día de hoy continuó dando clases en nuestro Seminario Diocesano de San José, de párroco he estado en San Miguel Arcángel (La Cabaña), La Santa Veracruz (colonia Playa Linda), San Juan de los Lagos (Estatuto Jurídico) y aquí, en La Divina Providencia, por dos ocasiones.
“Lo que más me llena la vida en estos 50 años es haber servido, porque yo en mi infancia quería ser sacerdote para servir y por eso no me he retirado, yo me pude haber retirado a los 75 años, pero me siento sano y por eso estoy aquí, ayudando en el trabajo, en el Seminario, en la Diocesis, el servicio me ha gustado mucho”, reiteró.
“En el Obispado he estado como secretario del Consejo Presbiteral, como encargado de la Comisión Diocesana de Liturgia, de Biblia, Pastoral Profética y Catequesis, actualmente no tengo un cargo diocesano, pero yo he sido hasta Obispo, porque cuando estuvo enfermo Monseñor Luis Gabriel Cuara Méndez, nosotros hacíamos parte de ese trabajo”.
“Éramos el Padre Víctor, Padre Abel y yo quienes sosteníamos de cierto modo, que ha confirmar, vamos a confirmar, vamos a dar posesión al nuevo párroco, muchas de las actividades propias del Obispo, nosotros las hacíamos”, contó.
He pregonado siempre la obediencia, por obediencia al Seminario, por obediencia a Roma, por obediencia a los servicios, “Si se es sacerdote se tiene que ser obediente, se tiene que ser casto, célibe, y sin apego a las cosas materiales, serían mis principios rectores del sacerdocio”, afirmó el sacerdote.
Y, a manera de consejo para quienes estuvieran en disyuntiva de ser o no sacerdotes, les recomendó, “que acepten la invitación a la vocación del sacerdocio, que no tengan miedo, humana y espiritualmente tenemos mucho que hacer, como personas y como ministros, muchachos, adelante, Cristo los llama, Cristo los quiere, los acepta como estén y como sean”.
Como parte de la celebración de los 50 años del sacerdote Juvencio E. Castellanos, el próximo viernes 22 de diciembre en parroquia La Divina Providencia se oficiará una misa de acción de gracias y un banquete con los grupos parroquiales.
