Texto y fotos: Cony Herrera López/NOTIVER

En el marco de la exposición “Jarocha, sus colores e historia”, misma que se encuentra hasta el ocho de septiembre en la sala de usos múltiples José Martí, en la planta alta de la Casa Museo Salvador Díaz Mirón, se desarrolló la charla en torno a este hermoso traje, a cargo de la arquitecta Pilar Cos.

El auditorio Juan Moreno fue punto de reunión para escuchar los orígenes y elementos que integran la vestimenta que representa a las veracruzanas.

Todo inicia desde que Carlos V, en 1554 lanza un decreto diciendo que todos aquellos españoles que quisieran venir a la Nueva España, a colonizar, trabajar, adquirir tierras y bienes, debían traer a sus familias (mujeres, hijos), no podían venir hombres solos para evitar que se relacionaran con otras personas, los ya casados, y sus mujeres debían de servir como ejemplo para los nativos o indígenas, en las costumbres, fiestas, observancia de la religión y con un todo formar nación.

La plática que se realizó el nueve de agosto, se enfocó a la vestimenta tradicional tlacoltapeña, comentó Pilar, con influencia de Sevilla, de Sanlucar de Barrameda, costa de España, el traje se viste con el camisón hasta las rodillas y después la enagua blanca, ambos de algodón o lino; la camisa y sobre ésta la mantilla que se sostiene con camafeos; la falda que muchas veces tiene un gran trabajo de alforzas y olanes, no tiene tanto vuelo como las que utilizan para bailar folklore; el mandil negro puede ser de terciopelo o raso, bordado o no.

En cuanto al peinado, el cabello recogido con dos trenzas, lleva el cachirulo que generalmente es de carey y las flores (rosas, claveles o alguna otra), del lado izquierdo para las solteras y de lado derecho las casadas. La joyería es la que cada persona tiene y es de su agrado.

El rebozo y el listón del cabello van a juego del mismo color y puede ser de cualquier tono.

El calzado no tiene que ser como el conocido zapato de baile, se pueden usar zapatillas o zapatos de plataforma. Un elemento que no debe faltar es el abanico.

Al concluir la charla, Pilar Cos recibió un diploma de participación de manos de Alicia Rosete, en representación del municipio porteño.

La muestra “Jarocha, sus colores e historia”, puede visitarse en el mencionado recinto ubicado en Zaragoza entre Morales y Arista, la entrada es libre.