Por: Héctor Bócker Cortés / NOTIVER
En este mágico Día de Reyes, la esencia de la ilusión y la tradición se entrelazan para tejer un tapiz de emociones palpables en el aire.
Las risas de los niños resuenan con la promesa de sueños cumplidos, mientras los regalos se convierten en puentes que conectan generaciones.
En cada hogar, la fragancia de la Rosca de Reyes impregna el ambiente, recordándonos la importancia de compartir y celebrar en compañía.
Las luces parpadeantes de la temporada reflejan la luz de la esperanza y la renovación, mientras los Reyes Magos, con sus dones simbólicos, nos inspiran a regalar no sólo objetos materiales, sino también amor, compasión y comprensión.
Este día nos invita a reflexionar sobre la importancia de la fe y la inocencia, que caracterizan a los más pequeños.
A medida que los niños descubren con asombro los regalos dejados por los Reyes, también aprenden sobre la generosidad y la gratitud, valores que trascienden el materialismo y fortalecen los lazos familiares.
Que este Día de Reyes nos recuerde la magia que reside en el acto de dar y recibir, y que la alegría compartida se multiplique a lo largo del año.
Que cada regalo represente no sólo un objeto tangible, sino también la expresión de cariño y afecto hacia nuestros seres queridos.
Así, en la mañana de Reyes, abrimos no sólo cajas y envoltorios, sino también el corazón a la dicha de compartir momentos preciosos con aquellos que amamos.
¡Feliz Día de Reyes para todos, que la magia y la bondad iluminen su camino durante todo el año!
