Texto y fotos: Héctor Bócker Cortés / NOTIVER

El domingo 27 de octubre, la ciudad de Veracruz se vistió de tradición y colorido con el gran Desfile de Catrinas, un evento que celebró las raíces culturales mexicanas en vísperas del Día de Muertos.

Organizado por un equipo de artistas veracruzanos, encabezados por Indira Domínguez, Edgar Zúñiga y Dulma Rojas, el desfile demostró ser una celebración vibrante que capturó la esencia de esta significativa festividad.

La avenida Independencia fue el escenario perfecto para esta procesión única, donde participaron cientos de personas de todas las edades, tanto porteños como visitantes de diversos municipios del estado.

Los participantes, caracterizados como catrinas y catrines, desfilaron entre aplausos del público que se reunió a lo largo de la avenida para admirar sus trajes, maquillajes y expresiones artísticas.

Este desfile también fue un emotivo homenaje al maestro Phillipe Reyes (QEPD), fundador del evento y un gran promotor de la cultura local.

Su legado resonó en cada paso de las catrinas, recordando a los presentes la importancia de preservar y promover las tradiciones mexicanas.

Phillipe Reyes, cuya visión artística contribuyó a crear esta singular celebración, fue recordado con respeto y admiración, destacando su papel en el arraigo de esta tradición en el corazón de Veracruz.

Además de la amplia participación de artistas y ciudadanos, el evento contó con la colaboración del Club de Leones Dejando Huella y de diversas asociaciones veracruzanas que, en conjunto, aportaron al éxito y la organización de este acontecimiento cultural.

La atmósfera estuvo llena de alegría, nostalgia y respeto hacia el Día de Muertos, una celebración que representa el vínculo entre los vivos y los que ya partieron.

El Desfile de Catrinas es un evento que se ha convertido en una tradición anual en Veracruz, inspirándose en las icónicas figuras de catrinas que José Guadalupe Posada inmortalizó en sus ilustraciones.

Estas figuras, símbolo de la festividad, representan una manera única de honrar la vida y la muerte, y han trascendido como un símbolo cultural en México y en el mundo.

Este año, el desfile no sólo reafirmó el valor de estas representaciones en la cultura mexicana, sino que también fue una muestra del compromiso de los veracruzanos con su identidad y sus tradiciones.

Al finalizar el recorrido, la avenida Independencia quedó impregnada de un ambiente de alegría y orgullo, en el que se destacó la unidad de la comunidad veracruzana en torno a sus costumbres.

La participación del público fue clave para el éxito del evento, y cada persona, desde los más jóvenes hasta los mayores, contribuyó con su entusiasmo a hacer de este desfile un acontecimiento memorable y digno de repetirse año tras año.