*Nombran al auditorio del Exconvento: Marcela Prado Revuelta

Texto y fotos: Cony Herrera López/NOTIVER

En la sala “Ida Rodríguez Prampolini” del Exconvento Betlehemita Centro Cultural, se presenta la muestra “Luz, color y piedras viejas”, del arquitecto Luis Manuel Tello Deschamps, en cuya apertura celebrada el pasado miércoles seis de noviembre, se desarrolló un conversatorio en el que participaron la arquitecta Sara Sanz y Silvia Alejandre Prado, secretaria de cultura en Veracruz.

Durante la charla se hablaron de aspectos de la vida y obra de Tello, como lo conocían sus amigos:

“Dedicó su vida al diseño arquitectónico y urbanístico, a la construcción, la academia y sobre todo, a desarrollar mediante la acuarela sobre fabriano, un estilo personal para dejar constancia de que los elementos urbanos representan el devenir de ciudades centenarias y milenarias, como centro de la vida y la cultura de quienes por generaciones han disfrutado, sufrido y vivido sus plazas y calles”, escribe Arturo Prado en la copia de obra que obsequiaron a los asistentes, durante la inauguración de la muestra póstuma.

Esta exposición es su diario de viaje, habla de los colores de Tlacotalpan, los monumentos históricos de Veracruz, los edificios que ilustran la Europa antigua, cuyos muros cuentan la historia de las civilizaciones.

Esas piedras viejas que dan testimonio de su época y observan silenciosas el devenir de los siglos, han quedado capturadas en el instante en que el agua se transforma en luz y color, porque Tello tuvo la paciencia necesaria para entender esa alquimia y el talento para convertirla en tiempo, detalla el texto de sala.

Los visitantes a la muestra que permanece abierta en el mencionado recinto ubicado en Canal y Zaragoza, podrán encontrar los edificios y postales más emblemáticas de diversas ciudades de Europa y Veracruz.

Ese mismo día, se develó la placa con el nuevo nombre del auditorio del Exconvento Beltlehemita: “Marcela Prado Revuelta”, en honor a la gestora cultural, periodista y poeta, compañera de vida y esposa de Tello Deschamps.

Durante el evento, la arquitecta Pilar Cos le dedicó unas palabras: para hablar de Marcela Prado, la periodista, la abogada o la promotora cultural, harían falta muchas tardes como ésta.

No puedo hacer en pocos minutos una semblanza justa acerca del personaje de esta historia, por temor a quedarme corta.

Sobre todo, sabiendo que nos acompañan, además de su familia más cercana, muchos profesionales del periodismo, de la comunicación y de la cultura, que tuvieron la suerte de tenerla como maestra a través de los años y de las aulas.

Estamos también, quienes nos sumamos en su camino hace pocos años, pero el no haber estado en sus listas de asistencia no nos exime de querer y poder llamarla también “maestra”.

Continúa Pilar: Marcela nos ha enseñado la valentía de ser mujer en la segunda mitad del siglo XX y la audacia de crear una red de mujeres iguales a ella que fueron protagonistas, artífices o testigos de primera mano de algunos de los hechos más significativos en la historia contemporánea de nuestra ciudad, estado y país, casi siempre tras bambalinas.

Nos ha enseñado que las convicciones se defienden y, por ende, se ganan.

Nos ha enseñado que siempre hay alguien que nos ayuda a resolver dudas o enredos, porque ella, a su vez, siempre tiene algún informante, o tiene una carpeta de investigación abierta del tema o del sujeto en cuestión en alguna de sus cajas mágicas, con fotografías y autógrafos incluidos.

Marcela, así como nos ha enseñado a distinguir una espinela de una décima a través de la métrica, también nos ha enseñado que el amor de pareja perdura a través del tiempo y de los planos dimensionales.

Me parece muy oportuno que junto a la bellísima exposición de acuarelas del arquitecto Luis Manuel Tello Deschamps, el amor de su vida, la comunidad cultural de Veracruz le acompañemos con alegría, a develar la placa del auditorio que, de ahora en adelante, llevará más que merecidamente su nombre, concluye Pilar.

Posteriormente, Marcela Prado visiblemente emocionada, agradeció la distinción.