Por el Dr. Rafael Valentín Aguirre Meneses
Drogas, efímera ilusión
Gran cantidad de personas recurren a consumir drogas, sustancias psicoactivas o psicotrópicos (ejercen cierta acción sobre la función del cerebro) para enfrentar con “mejores armas” las tensiones y problemas, o bien, para huir de una realidad que se ha tornado inmanejable.
Lo anterior se debe a que los compuestos químicos que contienen alteran las células cerebrales donde se generan las sensaciones, transformando la percepción de la vida, cambiando el estado de ánimo y, aún más, modificando la opinión que el individuo tiene de si mismo, pero tal efecto dura sólo breve tiempo (por cierto, cada vez más corto), de manera que la cantidad de estimulante requerida para sentirse “bien” debe incrementarse cada día.
Si bien las drogas son compuestos ajenos al organismo humano, tienen la capacidad de afectar las células nerviosas (neuronas) y, a través de ellas, a la percepción y producción de emociones debido a su semejanza química con los neurotransmisores, moléculas que realizan la “comunicación” entre neuronas que, precisamente, permiten experimentar sensaciones (alegría, energía, bienestar y tranquilidad), las cuales se excitan al consumir psicotrópicos.
Es importante saber que en el cerebro o encéfalo existe cierta zona formada por una serie de neuronas, conectadas entre sí conocida como circuito del placer o recompensa.
Dichas células comienzan a trabajar (enlazándose una con otra mediante neurotransmisores) cuando experimentamos felicidad ante cualquier estimulo satisfactorio.
En la próxima colaboración continuaré con este tema pero, si requieres una infomación extra puedes llamar al 22 97 02 76 34 que con gusto te atenderé.