Por el Dr. Rafael V. Aguirre Meneses.

El Preservativo

Basta encender el televisor, escuchar la radio o abrir alguna revista para ver, oír y leer mensajes sobre la necesidad de usar condón o preservativo en cada relación sexual, especialmente si no se tiene pareja fija; pero no sólo es necesario colocarlo, sino seguir la técnica adecuada para evitar que pierda efectividad como anticonceptivo y preventivo frente a enfermedades sexualmente transmisibles.

Conviene mencionar que la imagen más antigua de dicho artilugio se muestra en murales egipcios, donde figuras masculinas portan en el pene una especie de envoltura.

Asimismo, en el siglo XVI el médico italiano Gabrielle Fallopio recomendaba el uso de bolsas de lino tratadas con medicamentos y cremas.

Otras suposiciones indican que en siglo XVII el rey Carlos II de Inglaterra, cansado de las continuas enfermedades sexuales que su ejército sufría, ordenó al médico de la corte -apellidado Condom- encontrar solución, así que diseño una funda elaborada con intestino de cordero y aceite.

Algunas teorías niegan la existencia de este personaje y estipulan que la palabra condón proviene del latín condere, esto es, esconder, o condus, recipiente.

La versión “moderna” de la creación de dicho objeto se sitúa en 1921, cuando Alfred Trojan, trabajador de la empresa estadounidense Akron, introdujo por accidente su pene en un barril de goma líquida, lo que dejó una “funda”, que más tarde se produjo en serie.

En la próxima colaboración continuaremos con este tema, pero si tienes algún comentario, no dudes en comunicarte al: 22 97 02 76 34 o al 22 95 20 48 59.