Por el Dr. Rafael Valentín Aguirre Meneses
El éxito
Se ha pensado que el éxito dentro de los tipos de la evolución de la personalidad, particularmente en dinero, está de parte de los temperamentos equilibrados.
Sólo en un sentido es cierta esta presunción, pues los triunfadores en todas las ramas del saber, del comercio, de la industria y de la banca, están indudablemente dentro de los temperamentos masculinos, si en lo particular es exacto, en el fondo no hay nada más falso que esta ligera apreciación, pues los valores en el mundo están totalmente invertidos, se admira al que ha atesorado más oro, aunque sea un “burro de oro”; se admira a los individuos que por errores estructurales de las sociedades modernas, han acumulado fortunas enormes y se desprecia a los verdaderos valores, que en una forma o en otra han laborado para su propio bienestar y para el bien de la humanidad sin importarles el atesoramiento.
El éxito, en cualquier orden de la vida, debe estar en relación armónica con la vida, con la sociedad, y en concordancia con el equilibrio de la persona, si la ambición es un factor de estímulo en el hombre, en cada uno de los componentes de un conglomerado humano, debe estar en relación con la inteligencia, con la capacidad, con los conocimientos y teniendo como limitación el equilibrio social, familiar y personal.
Es condición de equilibrio tener un límite en la ambición, en especial en lo que se refiere al acumulo de capitales y fortunas.
El tipo más equilibrado de todos es el más tranquilo, el más calmado y el más sereno, sea cuales fueren las circunstancias y los acontecimientos, se mantienen serenos, calmados, tranquilos.
La tranquilidad es el dominio que subyuga, la calma es el dominio que domina y la serenidad es el dominio que admira y asombra.
El tipo de hombre genial es el prototipo de la razón pura, razonan en todos los acontecimientos y en todas las circunstancias de la vida y sólo usan los sentimientos como armas para vencer a los demás.
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