Por el Dr. Rafael Valentín Aguirre Meneses.

Entre la magia y la razón

El concepto médico de demonológica, es uno de los intentos más antiguos de sentar un modelo explicativo para exponer las causas y los síntomas de las enfermedades.

La demonológica atribuye todos los cambios en el cuerpo, o enfermedades, producidos sin una causa exterior reconocible, a la intervención de seres sobrenaturales, demonios y espíritus.

El hombre sólo puede impedir que le afecten observando las leyes religiosas y cumpliendo las normas sociales.

Es decir, la medicina rebasa el límite siempre difuso entre ciencia y religión, ya que la magia es parte también de la religión.

Por muy ajeno a cualquier tipo de magia que pueda parecernos el Papiro Smith (ejemplo de la ciencia exacta antigua), en él se deja bien claro que el ser humano alcanza muy pronto los límites de sus posibilidades para actuar sobre la naturaleza y crear, por lo que enseguida llega a la conclusión de que las fuerzas divinas (y demoníacas), situadas por encima de él, son más fuertes que sus conocimientos y experiencias.

En una glosa que aparece al principio del Papiro Smith, se presenta al médico, al brujo y al sacerdote como las personas que practican la medicina.

El médico ha vuelto, después de un florecimiento pasajero como “científico”, al estatus de “curandero” que reunía, desde el principio de los tiempos, la religión, la magia y la medicina.

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