Por: el Dr. Rafael V. Aguirre Meneses.
Preparándose para la gripe
En esta ocasión quisiera comentarles sobre esta amenaza que nos acecha cada año; se trata de la molesta gripe, infección ocasionada por virus que invariablemente cobra sinnúmero de víctimas, en especial niños, quienes adquieren el padecimiento al tener contacto directo con gotas de saliva expulsadas en tos y estornudos, o tomando la mano de personas enfermas.
Debido a que esta afección se contagia con facilidad, es necesario procurar cuidados y seguir algunas medidas para proteger a los pequeños, antes de la llegada de la época de frío.
No está de más recordar que cuando el virus entra al organismo y empieza a reproducirse (lo que tarda entre 4 y 6 días) se experimentan escalofríos, malestar general, dolores musculares y de cabeza, ojos llorosos y fiebre.
Durante la fase de manifestación el enfermo se siente cansado, con ardor en la faringe, hay estornudos, tos seca, náuseas, secreción nasal, lagrimeo y voz ronca hasta que, al paso de los días, los síntomas desaparecen poco a poco.
Lo anterior se ve favorecido por el clima frío, condición que le “exige” al organismo humano mayor gasto de energía para conservar su temperatura, en los rangos correctos (es decir, de 36.5 a 37.5°C).
El que así suceda implica que algunas funciones se descuiden en cierta medida, por ejemplo, aquellas realizadas por el sistema inmunológico (encargado de defendernos de agresiones externas), ocasionando debilidad ante el ataque de gérmenes.
A ello se suma que el organismo infantil está “aprendiendo” a reconocer a los microorganismos dañinos que debe exterminar, confiriéndole menor resistencia a las infecciones.
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