Por el Dr. Rafael V. Aguirre Meneses
Trastornos del estado de ánimo:
La depresión
"No todos los que están tristes son depresivos; pero tampoco todos los deprimidos están tristes”.
Bajo este concepto se incluyen anomalías del comportamiento y de la afectividad, desglosadas en tres categorías: a) trastornos depresivos; b) trastornos bipolares, y c) depresión asociada a enfermedad o a abuso de sustancias toxicas.
El caso que nos ocupa, la depresión, es un trastorno hasta tres veces más prevalente en las mujeres respecto al varón.
Estas diferencias podrían tener una causa sociocultural aunque estudios recientes apoyan más un origen genético.
En general, el estrés psicológico y los conflictos emocionales negativos tienen una importancia grande en el desarrollo de la depresión, proceso que suele iniciarse hacia la tercera década de la vida para adoptar un carácter recidivante a largo plazo.
El tratamiento es complejo, y debe combinar el uso de fármacos con psicoterapia para ayudar al paciente a mejorar su autoestima y el estadio de desmoralización.
No existe el antidepresivo ideal; como siempre ocurre en la clínica, hay que “encontrar” para cada paciente “su” tratamiento.
Los antidepresivos tricíclicos siguen gozando de predicamento, si se utilizan las dosis adecuadas para evitar efectos secundarios, a veces muy molestos.
Los fármacos de segunda generación y los inhibidores selectivos de la recaptacion de serotonina, constituyen alternativas válidas para este complejo trastorno psicológico.
Aunque reacciones similares a la depresión se han descrito en niños, las formas más características se manifiestan a partir de la pubertad, para alcanzar la máxima incidencia en la vida adulta.
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