DAVID MANUEL MARTÍNEZ PÉREZ

PSICOTERAPEUTA CLÍNICO
Certificado en Hellinger Sciencia

OPUESTOS

“PERCIBIENDO EL OTRO LADO DE LA REALIDAD”

Hay dos clases de Silencio: uno que asfixia y ahoga, otro que oxigena, equilibra y armoniza. Hay dos clases de Cansancio: uno tedioso y estéril... otro lleno de sentido... rico y fecundo. Hay dos clases de Soledad: una que hasta “acompañada” destruye y la solitud que edifica, planifica, renueva, reconstruye, fortalece. Hay dos clases de trabajo: uno que esclaviza y mutila, otro que enriquece, vivifica, ilumina y libera de la pobreza. Hay dos clases de Risa: una que ofende y agrede... otra que alegra... entusiasma y reanima. Hay dos clases de Mirada: una que degrada y mutila... otra que enaltece... reconforta y sublima.
Hay dos clases de Relaciones: unas que aniquilan y envilecen, otras que logran el “milagro” de hacer surgir lo mejor de nosotros mismos...
En la vida hay “dos clases” de todo o de casi todo y cada uno de nosotros, desde el fondo de nuestros corazones, sabemos con qué “clase” de realidad decidimos Vivir. La Vida no se nos da “de una vez” y así segundo a segundo, se debe vivir con consciencia.
La vida se nos da cada día, cada minuto y a cada instante, vive con sabiduría y con alegría, porque un día se acaba.

“Tan simple y tan sencilla que se ve la vida cuando entiendes que las personas se quedan en donde siempre quisieron estar, y que resulta inútil el intentar retenerlas.”

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RENOVADO


“He descubierto la imperfección del amor perfecto. He herido con verdades y me he ilusionado con mentiras. He expulsado de mi vida personas valiosas y he sido traicionado por seres queridos. Ofendí cuando debía callar y callé cuando me ofendieron. He sido lo que no soy para agradar, pero también para ser odiado. He perdido siempre con clase... muchas más de las que he ganado. Me apasionan los pensamientos profundos, agradecer a Dios, tentar al diablo, cantarle al sordo y relatarle al ciego. Porque de haber sido yo Eva, me hubiera comido a la serpiente”.

“¿Para qué extrañar a los muertos? No es necesario. Ellos están en un mejor lugar.
¿Por qué mejor no te extrañas a ti? No eres ni la sombra de lo que deseabas ser”.
Charles Bukowski.1

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EL ENOJO: EL
EXTRAORDINARIO
FUEGO INTERNO


El enojo no es oscuro cuando es consciente y con la medida exacta.
El enojo no es peligroso, cuando nos salva. El enojo no es algo poco espiritual. El enojo no es malo, ni tampoco es un signo de falta de evolución, o nuestro fracaso por ser necesario. Ni nuestra falta de mirada interna, de paz, de iluminación, de madurez, de salud. Nada de eso.
El enojo simplemente es fuego: El fuego puede arder, el fuego puede limpiar, el fuego puede iluminar, el fuego puede sanar. El enojo es una emoción real y válida, de hace billones de años, Que surge inteligentemente en nuestro cuerpo para protegernos de una amenaza real o imaginaria. Quiere poner límites, está listo para decir que No, Tiene la voluntad de defender nuestros valores, y anhela ser oído.
El enojo no es el problema. El enojo no es inherentemente violento, es en nuestra reacción hacia nuestro enojo en donde comienza la violencia. Cuando lo reprimimos rechazamos el poder de nuestro enojo, cuando lo empujamos hacia adentro y nos negamos a sentirlo o incluso lo reconocemos, y lo escondemos para ser “buenos” y complacer, impresionar o proteger a otros,
Cuando atacamos y lastimamos a otros para encontrar alivio de nuestra rabia, cuando juzgamos, culpamos, nos enfurecemos, y manipulamos e intentamos controlar a otros en lo que piensan, lo que sienten, lo que desean o dejan de desear. Cuando hacemos sentir mal a otros, los castigamos…Ahí es donde yace la “oscuridad”. En la reacción hacia nuestro enojo.
En nuestra búsqueda de descarga.
En nuestra huida del cuerpo, no en el enojo en sí mismo.El enojo solo es energía, salvaje y poderosa energía surgiendo en el cuerpo, No es un pecado o una fuerza ‘no espiritual’ que debe ser erradicada,Sino más bien una intensa y creativa expresión de la vida misma. El enojo es simplemente una parte salvaje de nosotros pidiendo ser reconocida, con entendimiento, con compasión, con amor, con tranquilidad, con la respiración.
Algunas de las personas más violentas, superficialmente, han sido los más “espirituales”, los iluminados, los más conscientes. No hay amor verdadero si no amamos nuestro enojo cuando viene a visitarnos. La luz verdadera está dispuesta y puede iluminar la sombra, y bendecir el caos. El enojo no es inherentemente oscuro. El enojo no es peligroso. El enojo no es “poco espiritual”. El enojo no es “malo” o avergonzante, o pecaminoso. Todas estas creencias obsoletas provienen de un profundo miedo,De un malentendido y de la poca confianza en el cuerpo.Podemos deshacer este condicionamiento:
La próxima vez que surja el enojo, como lo hará, ¿podrás desacelerar, conectar, sentir, respirar nuevamente, y tener una actitud curiosa por este fuego interno? Y por debajo de tu enojo, quizás descubras un tierno, frágil y atemorizado corazón, una hermosa vulnerabilidad, y un poder auto protector, con una historia de hace billones de años.
El peor enojo es cuando te castigas a ti mismo, por algo que otro te hizo, este es el enojo ignorante, reactivo e inconsciente.

“Los hombres con valor y carácter siempre les han resultado siniestros a la gente”.
Hermann Hesse
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“Si la “verdad fuese aquello que puedo entender, terminaría siendo tan sólo una verdad pequeña, de mi tamaño. La verdad tiene que estar exactamente en lo que jamás podré comprender”
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