DAVID MANUEL MARTÍNEZ PÉREZ
PSICOTERAPEUTA CLÍNICO Certificado en Hellinger Sciencia
ADIÓS
“PERCIBIENDO EL OTRO LADO DE LA REALIDAD”
Podar tu árbol genealógico es bueno. Corta la relación con tus familiares hirientes, ámalos pero aléjate si ya no suman.
Hay familias tan hirientes y dañinas que la distancia, se convierte el único remedio para sanar.
Hay familiares que quieren verte bien, pero jamás querrán verte mejor que ellos, que se reúnen para hablar mal de ti y entre ellos consolarse haciéndote ver a ti como el malo de la película.
Hay familias que sólo están para nosotros cuando les conviene y para seguir usándonos, en nombre de la sangre que nos une.
Es necesario ver la Sombra, el lado oscuro de nuestro árbol y tener la fortaleza, para alejarnos de lo que nos ha dañado.
Los amo a todos... pero me necesito lejos de ustedes. A veces es así, y cuesta desafiar las ideas de que “la familia es primero, es lo mejor que te ha pasado en la vida, en las buenas y en las malas…”
Y eso hace que te atores, que te quedes en sistemas familiares tóxicos, disfuncionales.
Es complejo y posible repetirnos constantemente “ellos son mi familia”, pero yo también soy su familia, aplica para ambas partes de aquí para allá y de allá para acá.
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FANTASÍAS
La buena comida no atrapa a ningún hombre, sino todas las chefs estarían casadas.
Los hijos no atrapan a los hombres, si no ninguno se hubiera ido.
El sexo no atrapa a los hombres, si no todas las trabajadoras sexuales estarían en matrimonio.
La brujería no atrapa a los hombres, si no no estarían comprando más velas, ni más ramas.
El físico no atrapa a los hombres, si no no serían infieles con mujeres menos agraciadas que su misma pareja.
Si hay que hacer cosas para “atrapar” a un hombre, no valdría la pena.
El verdadero amor se queda a tu lado sin tener que ser atrapado.
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HIJO BASTÓN
Si, los padres toman muchas veces desde la Concepción a un hijo o hija para anclarlo a ellos y a sus destinos.
A veces mencionan frases como éstas, otras veces las traen en el alma:
“Éste es para mi vejez”.
“Éste es por si su papá se va”.
“Éste es mi felicidad”.
“Éste es para no sentirme sola”.
“Éste no se va a casar, se quedará conmigo”.
“Éste se hará cargo del negocio de la familia”.
“Todos pueden irse, pero tú no”.
“Si éste está, su papá no nos dejará”. “Tú me cuidarás en mi enfermedad”.
“Tú estás para ayudarme con tus hermanos cuando yo me muera”.
“Tú harás o estudiarás lo que yo no pude”.
“Tú eres mi única compañía”.
“Tú eres mi padre y/o madre”.
“Tú eres lo que da sentido a mi vida”.
“Tú eres mi apoyo”.
“Tú eres mi recurso”.
Todas estas frases dichas o no, son una condena y un mandato que los hijos perciben y cumplen por amor ciego, amor infantil, con un contrato que llevan firmado en su corazón y lo cumplen.
Hijos que jamás se han ido de la casa de sus padres; deseando hacerlo.
Hijos que creen que tienen que cuidar a sus padres de viejos, también llamados los hijos “bastón”.
Hijos que cargan con el mandato de viajar con sus padres, de pasar las fiestas con ellos, de tener que hacerlos felices como una obligación y a costa de conflictos y disgustos con sus propias familias.
Hijos que no se han casado o formalizado con ninguna pareja porque están atados simbólicamente con mamá o con papá.
Hijos que se hacen cargo de sus hermanos por promesas hechas, a los padres en su lecho de muerte.
Podemos observar en sesiones cómo este programa condiciona la vida de quienes asumen ese contrato y viven esa situación de manera conflictiva.
Revisa tus creencias y mírate para ver si no estas asumiendo un rol impuesto.
Ningún hijo debe quedarse anclado a sus padres.
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LA EXPLICACIÓN
Y al final el maestro nos reunió para explicarnos que:
El destino de cada persona no es tan simple como parece, porque es una actividad de vida o de muerte.
Cada vez que decidimos algo, ponemos en marcha poderosas energías creativas que no se pueden detener y ante ellas no podremos ocultarnos.
Cuando deseamos algo, decidimos el precio que debemos pagar.
Seguir un sueño tiene un precio.
Nuestros sueños nos pueden exigir abandonar viejos hábitos, nos pueden llevar por el camino difícil en donde encontraremos fracasos, decepciones y tristezas, pero que al final del sendero a veces podremos encontrar la felicidad resultado de nuestro esfuerzo.
Ahí entenderemos que por muy alto que sea el precio que se paga por llegar al destino de nuestros sueños, nunca será tan alto como el costo que tiene que pagar el hombre que se abandonó en el camino fácil y, quien en un momento de la vida mirará hacia atrás y escuchará a su corazón decir:
“Se me acaba la vida y todavía no la empiezo a vivir”
¡Ésta es la frase más dolorosa que el alma puede escuchar!
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GEBURÁ / FUERZA
La espiritualidad puede llegar a ser un camino eficaz para lograr cambios radicales en el hombre y, puede ofrecernos herramientas mucho más efectivas que algunas terapias.
Pero la espiritualidad indiscutiblemente exige mucho más.
La espiritualidad no es el pasaporte para tener una vida tranquila libre de conflictos, pero deben saber que la terapia tampoco lo es.
Sin embargo la apertura espiritual y la terapia expanden la consciencia para ver desde un diferente lugar las dinámicas que nos mantienen atorados en el pasado, en los eventos traumáticos, en las pérdidas, en los abandonos y los mecanismos de defensa que nuestra mente utiliza para justificar el dolor y el fracaso, que evita la posibilidad para darle a todo esto un sentido de crecimiento y de vida
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Psicoterapia Práctica
Manuel David Martínez
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