DAVID MANUEL MARTÍNEZ PÉREZ
PSICOTERAPEUTA CLÍNICO
Certificado en Hellinger Sciencia

AHORA ENTIENDO

“EXPANDIENDO LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD”

SE ACABÓ
La GENTE MUERE y queda todo ahí, los planes a largo plazo, las tareas de casa, los ahorros y las deudas con el banco, las propiedades, las joyas, nuestra soberbia, el auto, las consecuencias de nuestra avaricia y de nuestro egoísmo.

La GENTE MUERE sin siquiera poder guardar la comida en el refrigerador, todo se pudre, la ropa se queda colgada o puesta en su lugar.

La GENTE MUERE, se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos, la vida continúa sin nosotros, las personas superan tu ausencia y siguen sus rutinas normalmente.

La GENTE MUERE y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío.

Los problemas viven dentro de nosotros.

Las cosas tienen la energía que ponemos en ellas y ejercen en nosotros la influencia que permitimos.

La GENTE MUERE y el mundo sigue siendo caótico, como si nuestra presencia o ausencia no hiciera la menor diferencia.

En realidad, no lo hace.

Somos pequeños , ciegos y soberbios.

Vivimos olvidando que la muerte siempre esta al acecho.

La GENTE MUERE, pues asi es: un parpadeo y al otro ya estás muerto.

El perro es donado y se aferra a los nuevos dueños.

Los viudos se casan nuevamente, andan de la mano, van al cine, se divierten y te olvidan o sufren interminablemente porque no encuentran sentido a su vida y el sufrimiento es su único refugio.

La GENTE MUERE y somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa.

Las cosas que ni siquiera usamos, son donadas, algunas tiradas a la basura.

Cuando menos esperamos, la GENTE MUERE.

Por otra parte, ¿quién espera morir?

Si la gente esperase por la muerte, tal vez procurara vivir mejor.

Tal vez usara su mejor ropa hoy, usara su mejor perfume, viajara hoy, tal vez la gente comiese el postre antes del almuerzo, haría las cosas con más alegría y con menos rigidez.

Tal vez la gente esperase menos de los demás, si la gente esperase por la muerte, tal vez comprendería y perdonaría más, reiría más, apreciara la naturaleza, tal vez valoraría más al tiempo, buscaría la riqueza para disfrutarla y compartirla.

Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento, entendería que lo valioso es darle sentido a cada cosa que nos sucede, escucharía más música y bailase aún cuando no lo sepa hacer bien.

No buscaría ni la aceptación, ni el reconocimento, estaría satisfecho de cada parte de su cuerpo y de su vida.

El tiempo vuela.

A partir del momento en que la gente nace, comienza el viaje veloz con destino al fin, y aún hay quienes viven con prisa.

Sin darse el regalo de percibir, que cada día más es un día menos, porque la gente muere todo el tiempo, poco a poco y un poco más, cada segundo que pasa.

¿Qué esto estamos haciendo con nuestro tiempo?

¿Lo gastamos, lo invertimos, lo compartimos?

¿Estas satisfecho con lo que has vivido y estas consciente de cada momento que sigue para vivir?

La vida llega súbitamente sin avisar así como llega la muerte y muchas veces no nos permite despedirnos.

No sabes que es vivir hasta que mueres…¡Vive!

“La vida solo se entiende cuando se acaba”
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¿JUEGAS?

¡Existe una sola y única verdad absoluta y esta es que… la verdad siempre es relativa!

No vemos el mundo como es, lo vemos como somos, a cada momento creamos “nuestros mundos” de acuerdo con nuestros diálogos internos.

De una manera extraña el dolor es seductor y adictivo y es tan sutil que nos produce ceguera emocional, insensibilidad física y muerte espiritual muchas veces la física también.

La primera vez que te golpean, la primera vez que te engañan, la primera vez que te traicionan y que te ofenden, eres una “Inocente Víctima”.

La segunda vez eres un tonto.

Y de la tercera vez en adelante te conviertes en un adicto al sufrimiento y al dolor.

¿En cuál vas?

Los adictos al amor malo, destructivo y dependiente terminan siendo víctimas de si mismos y de su adicción al dolor.

¡Nunca des la otra mejilla ni a tu amigo nin a tu enemigo!

pude llegar a tomar tu libertad, tu riqueza, tu inteligencia y tu vida.


Es imposible intentar amar a todo el mundo.

Si andas por el mundo intentando amar todo y a todos, perderás tu capacidad de decisión y de selección, terminarás débil, solo, enojado, empobrecido y sin fuerza.

Si algo es usado con indiferencia y con exceso de libertad, pierde su verdadera importancia, inclusive, el amor.

Cuando algo se da sin esperar nada a cambio, no hay límites, no hay fuerza, ni agradecimiento.

La vida sin continencia es una vida sin límites, sin equilibrio, sin normas, sin reglas, es una vida descontrolada que inevitablemente lleva al sufrimiento, a la pobreza, a la insatisfacción, a la obsesión, a la ansiedad, a la tristeza, a la depresión y a la muerte.

“En la vida nadie deja de decidir y no decidir también es decidir.”
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