DAVID MANUEL MARTÍNEZ PÉREZ
PSICOTERAPEUTA CLÍNICO
Certificado en Hellinger Sciencia
EL GRAN ENGAÑO
“EXPANDIENDO LA
PERCEPCIÓN DE
LA REALIDAD”
Amigo mío... ¡Yo no soy lo que parezco! Mi aspecto es sólo un traje que llevo puesto, soy un traje hecho cuidadosamente que me protege de tus preguntas, y a ti te protege de mi indiferencia.
El “yo” que hay en mí, el ego que existe en mí te engaña y a mi también me confunde y me engaña.
Amigo mío yo no soy quien tú crees que soy.
En mí habita en un profundo silencio y un gran bullicio y ahí permanecerán por siempre, inadvertidos, alejados e intocables.
No quisiera que creyeras en lo que digo, ni que confiaras en lo que pienso, en lo que hago, ni en lo que digo pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos hechos imágenes y sonidos, también son parte de tu realidad.
Mis acciones se han convertido en tus propias esperanzas.
Cuando tu dices: “El viento sopla hacia el oriente”, yo te hago creer que en verdad “el viento sopla hacia al oriente”, te engaño pues no quisiera hacerte saber que tu mente no vive en el viento, sino en el mar.
Tú no puedes comprender mis pensamientos, ni me interesa que los comprendas, prefiero estar a solas en el mar.
Cuando es de día para ti, amigo mío, es de noche para mí.
Sin embargo incluso así, hablo de la luz del mediodía que cruza las montañas y de la sombra que pasa por el valle; pues tú no puedes oír los cantos de mi oscuridad.
Y no me interesa que me escuches, ni que me veas en mí, deseo que te veas y te escuches tu mismo.
Yo sólo deseo estar a solas con la noche, con mis sueños, con mi Luz y mi obscuridad.
Cuando tú asciendes a tu cielo, yo desciendo a mi Infierno, tomo fuerza y nuevamente regreso a la realidad.
Incluso entonces tú me llamas a través del infranqueable abismo que nos separa, yo te respondo: porque no quiero que veas ni mi luz ni mi infierno.
La luz te cegaría y el humo te ahogaría.
Me gusta conocer mi cielo y mi Infierno; lo amo tanto al grado de no dejar que lo visites.
Por eso muchas veces prefiero estar a solas Tú amas la verdad, la belleza y la justicia; y yo sólo por complacerte te digo que es bueno amar esas cosas; pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades, porque ni conoces ni puedes ver sus opuestos.
Sin embargo, no te dejo ver mi risa.
Prefiero reír a solas.
Amigo mío, tú eres bueno, discreto y sensato; es más, eres perfecto, y yo a mi vez hablo contigo con sensatez y discreción, pero estoy loco.
Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar con mi locura a solas.
Amigo mío... tú ni siquiera eres mi amigo, pero, ¿cómo hacer que lo comprendas?
Mi senda no es la tuya y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.
Tú eres el “consciente” y yo el “inconsciente” al menos eso crees tú.
Frecuentemente suele suceder que los hombres se suicidan… ¡En defensa propia!
“Perder no es mi enemigo, el miedo a perder es mi peor enemigo”
——————————————
EL ESPANTAPÁJAROS
Un día mientras caminaba en el campo me encontré con un espantapájaros y le dije:
¡Debes estar cansado de permanecer inmóvil en este solitario campo!
El espantapájaros me contestó:
Yo no me canso de asustar, porque la dicha de asustar es profunda y duradera, el miedo es una emoción adictiva que muchos animales e inclusive muchos humanos la convierten en una sustancia vital para su vida.
Tras un minuto de reflexión, le dije: Es verdad pues yo también he conocido esa dicha, cuando siento miedo.
¡Sólo quienes están rellenos de paja pueden conocerla!
-Me contestó el espantapájaros-.
Entonces, me alejé del espantapájaros, sin saber si me había dicho algo sabio o se había burlado de mí.
Transcurrió un año desde que nos vimos y cuando regresé al mismo lugar, supe que el espantapájaros se había transformado en un espantapájaros sabio e Iluminado, lo noté por su sonrisa y cuando vi que dos cuervos habían anidado bajo la sombra de su sombrero.
“El miedo es una emoción,
el modo de reaccionar ante
el miedo es nuestra decisión”
——————————————
INCREÍBLE
De entre todos los seres que existen en la naturaleza, el hombre es el ser que más sufre.
Sufre por su ego, por su ignorancia, por su desconexión con los demás hombres, con la naturaleza y por su completa desconexión con los mundos superiores.
Hoy parece que no existen ni límites ni una verdadera explicación de nuestro infinito sufrimiento.
Intentamos hacer las cosas bien o creemos que somos buenos pero, al final los resultados son todo lo contrario.
Cuanto más demoremos el ascenso espiritual que en nuestra generación está destinada a alcanzar, mayor será nuestro malestar.
El mundo espiritual determina todos los eventos en este mundo, así el mundo superior irá ejerciendo sobre nosotros una presión cada vez mayor, hasta que tomemos la decisión de alcanzar la conexión con los mundos superiores por nosotros mismos.
——————————————
Psicoterapia Práctica
Manuel David Martínez
Psicoterapeuta.
Consultas Previa Cita 229-7799859