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VIVIENDO CON SENTIDO | ¡HORFANDAD! - Hay un período cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos. Es que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes...

Hay un período cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos. Es que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes.

DAVID MANUEL MARTÍNEZ PÉREZ
PSICOTERAPEUTA CLÍNICO
Certificado en Hellinger Sciencia

¡HORFANDAD!

“EXPANDIENDO LA
PERCEPCIÓN DE
LA REALIDAD”

CUANDO LOS PADRES NOS QUEDAMOS HUÉRFANOS

Hay un período cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos.

Es que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes.

Crecen sin pedir permiso a la vida.

Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia. Pero no crecen todos los días, crecen de repente.

Un día se sientan cerca de ti y con una naturalidad increíble te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura de pañales, ¡ya creció! ¿Cuándo creció que no lo percibiste?

¿Dónde quedaron las fiestas infantiles, el juego en la arena, los cumpleaños con payasos?

El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Ahora estas allí, en la puerta del antro, esperando no sólo que no crezca, sino que aparezca. Allí están muchos padres al volante esperando que salgan.

Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y sodas.

Con el uniforme de su generación y sus incómodas y pesadas mochilas en los hombros.

Allá estamos nosotros, con los cabellos canos.

Y esos son nuestros hijos, los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas cosechas de paz, de las malas noticias y la dictadura de las horas.

Ellos crecieron amaestrados, observando y aprendiendo con nuestros errores y nuestros aciertos.

Principalmente con los errores que esperamos no se repitan. Hay un periodo en que los padres vamos quedando huérfanos de los hijos.

Ya no los buscaremos más en las puertas de las discotecas y del cine. Pasó el tiempo del piano, el fútbol, el ballet, la natación.

Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Deberíamos haber ido más junto a su cama, al anochecer, para oír su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia, y a los adolescentes, cubrecamas de aquellas piezas con calcomanías, afiches, agendas coloridas y discos ensordecedores.

Pero crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto.

Al principio fueron al campo, la playa, navidades, pascuas, piscinas y amigos.

Sí, había peleas en el auto por la ventana, los pedidos de la música de moda.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, no podían dejar a sus amigos y primeros enamorados.

Quedamos los padres exiliados de los hijos. Teníamos la soledad que siempre deseamos, y nos llegó el momento.

En que sólo miramos de lejos, oramos mucho (en ese momento se nos había olvidado) para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.

El secreto es esperar. En cualquier momento nos darán nietos.

El nieto es la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos.

Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño.

Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.

Así es. Los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de ser padres; sólo aprendemos a ser padres después de ser abuelos.

En fin, pareciera que sólo aprendemos a vivir después de que la vida se nos va pasando.

Disfrutemos de nuestros hijos en cada una de sus etapas, momento a momento.

Cuando nuestros hijos pasan del asiento de atrás, al volante de sus propias vidas...

Crecieron, evolucionaron tocaron el camino hacia la libertad y asumieron la vida con responsabilidad...
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DESENMASCARANDO

Nunca conocerás las verdaderas intenciones de una mujer hacia ti, hasta que la pongas a prueba con estas dos pruebas de vida.

1. Hazla enojar. Es en este momento cuando descubrirás lo que ella puede hacer y lo que puede decir.

Todos parecen agradables cuando están felices y cómodos, todos parecen inocentes cuando las cosas van bien, pero la verdadera naturaleza de una mujer se revela en su estado de enojo.

Necesitas probarla y ver sus límites para saber si es algo que puedes manejar de por vida.

- Necesitas saber si perdona rápidamente o si le cuesta perdonar.

- Necesitas saber si es alguien que, cuando está enojada, puede ser violenta hasta el punto de pelear físicamente contigo o destruir cosas.

- Necesitas conocer su sabiduría para resolver conflictos.

Todas estas cosas deben ser estudiadas detenidamente. Algunas de las veces necesitas crear estos escenarios tú mismo.

2. Deja de darle dinero, favores o pagar sus cuentas por un tiempo, actúa como si estuvieras en quiebra.

- Necesitas entender si es una mujer que puede ser fácilmente comprada con dinero.

- Necesitas saber si tú eres el centro de su amor o si lo es tu bolsillo.

Todas las mujeres aman el dinero, pero el hombre necesita una mujer que tenga autodisciplina con el dinero, una mujer que haya conquistado su lujuria por el dinero.

Este tipo de mujeres pueden amar a un hombre más allá del dinero, y esto es cierto.

Los hombres necesitan aprender a crear estos tiempos difíciles en una relación incluso, antes de que puedan suceder.

Es muy fácil para una mujer actuar como si estuviera enamorada de ti en tiempos de comodidad, pero si la vida se vuelve difícil para ti, ¿seguirás recibiendo su amor?

¿Ella te seguirá tratando como a un ser humano, respetándote y sometiéndose a ti? Sólo hay una forma de averiguarlo, y es, experimentándolo.

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Psicoterapia Práctica
Manuel David Martínez
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