DAVID MANUEL MARTÍNEZ PÉREZ
PSICOTERAPEUTA CLÍNICO
Certificado en Hellinger Sciencia
SEXALESCENCIA
“EXPANDIENDO LA PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD”
La sexalescencia término para identificar a un grupo de adultos de 60 o más años, y no tiene que ver el término con sexualidad.
La sexalescencia, hombres y mujeres nacidos en años 50 y 60’s, sin planes de envejecer.
Describe hombres y mujeres que manejan las nuevas tecnologías, modernos, progresistas, con ganas de disfrutar de la vida, aprender, colaborar con la sociedad, viajar, conocer gente nueva, y ser dueños de su destino, renunciando a la ubicación como personas de la tercera edad.
Es una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “sexagenario”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de envejecer.
Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición, en su momento, de la “adolescencia”, que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del Siglo XX.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura le dio, durante décadas al concepto del trabajo.
Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho, la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso.
Debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días, sin temores al ocio o a la soledad.
Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía.
La mujer sexalescente pudo sobrevivir al deseo de poder que le dio el feminismo, de los 60 y pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad.
Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido masculinas, algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio “yo”.
Este tipo de mujeres nacidas en los 50s.
Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de “sesenta o setenta”, hombres y mujeres, manejan la tableta, el celular como si lo hubiera hecho toda la vida.
Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos.
Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se preocupan por cambiarlo.
A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos, miran con sabiduría y son creativos.
Cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, cultivan su propio estilo, aprende no se victimiza.
Ellos no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, ni ellas sueñan con tener la figura juvenil, pero si un cuerpo sano y funcional.
En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.
Hoy la gente de 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos, hoy muchos están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias y ellos lo saben.
La gente de 60 y 70 años que viven en el ahora y sonríe para sí misma muy a menudo, hacen planes con su propia vida y no con la de los demás.
“La vida es sueño;
el despertar es lo que nos mata”.
Virginia Woolf
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MAS VIVIDO; MENOS TIEMPO
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo, para vivir de ahora en adelante del que he vivido hasta ahora.
Me siento como ese niñ@ que recibió un paquete de dulces caramelos; el primero se lo comió con placer, pero cuando se dio cuenta que eran pocos, empezó a probarlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables en las que se discuten estatus, reglas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que nada se logrará.
Ya no tengo tiempo para apoyar a personas absurdas, que a pesar de su edad cronológica no han crecido.
Mi tiempo es muy corto para discutir títulos quiero la esencia, mi alma tiene prisa sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, gente muy humana, que sepa reír de sus errores, que no se hinche con sus triunfos, que no se aleje de sus responsabilidades.
Éste defiende la dignidad humana y quiere caminar del lado de la verdad y la honestidad.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas.
Personas a quienes los golpes de la vida les enseñaron a crecer con suaves toques en el alma.
Sí, tengo prisa, tengo prisa por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar ninguno de los dulces que me quedan, estoy seguro de que quedarán más exquisitos de lo que he comido hasta ahora.
Mi meta es llegar al fin satisfech@ y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una.
¡Estoy en la segunda parte de la vida!
“Nunca se sabe lo que la mala suerte te ha salvado de una peor suerte”. Cormac McCarthy
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