POLICÍAS LLEGARON A LAS AMAPOLAS PARA DETENER AL SUJETO PERO ESTE DESAPARECIÓ
Por Eduardo Guevara
Fotoreportero de NOTIVER
Un impactante y perturbador incidente conmocionó a los vecinos de la colonia de Las Amapolas este martes, cuando un hombre en que aparente situación de calle fue visto caminando por las calles con la cabeza de un perro decapitado adornada con flores.
El escalofriante hecho fue reportado por los habitantes de la calle Agua Marina, quienes quedaron atónitos ante la conducta del sujeto, presuntamente con problemas mentales.
Testigos señalaron que el individuo cuya identidad sigue siendo desconocida deambulaba por la zona usando el cráneo de un can como si fuera un collar.
Su comportamiento inusual pronto se tornó más alarmante cuando se sentó en una banqueta y bajo la mirada horrorizada de los residentes comenzó a masticar la carne del cuello del animal.
Momentos después, el hombre abandonó la cabeza del perro en plena calle e intentó entrar en una casa cercana.
Al no conseguirlo, se dio a la fuga, la cual, vecinos aterrados decidieron intervenir organizándose para atraparlo, pero el hombre se volvió agresivo y logró escapar antes de que pudieran detenerlo.
Alarmados, los colonos dieron aviso a las autoridades a través del número de emergencias 911.
Elementos de la Policía Municipal llegaron al hogar para investigar lo ocurrido.
Tras una breve inspección, los vecinos junto con los agentes recogieron la cabeza del perro, la colocaron en una bolsa y procedieron a enterrarla para evitar riesgo sanitario.
Aunque los uniformados comenzaron la búsqueda del responsable, el sujeto no pudo ser localizado.
Este episodio ha dejado a los habitantes de Las Amapolas profundamente consternados, pues no es la primera vez que se reportan actos de maltrato animal en la zona.
En los últimos meses se han registrado múltiples denuncias relacionadas con la crueldad hacia los animales, que van desde el abandono hasta casos más extremos, sin que las autoridades hayan tomado medidas contundentes al respecto.
Este evento ha reavivado el debate sobre la urgencia de atender tanto el maltrato animal como la creciente problemática de las personas en situación de calle con trastornos mentales, quienes, sin la debida atención, pueden presentar riesgo para la comunidad.