Por E.G. DE LA CERNA/NOTIVER

Con palos, machetes y con cuerdas para lazar, pero sobre todo con ganas de tenerlo en sus manos, así un numeroso grupo de personas se sumó a la búsqueda de un sujeto identificado como Daniel, alias “el mocho”, quien se lanzó al arroyo “El Control”, durante la noche del martes, luego de que lo persiguieran al ser descubierto en un presunto intento de abuso sexual en agravio de un niño de 4 años, en el Barrio de Tepito.

Este caso generó la movilización de los cuerpos policiacos, tanto municipal como estatal, así como de ciudadanos, hombres y mujeres, de diversas colonias, que llegaron al puente de la avenida 20 de Noviembre y al puente del Barrio de Tepito, para sitiar al presunto agresor y evitar que se fugara.

Acorralado y bajo amenaza de un linchamiento, Daniel N, logró salir a la avenida principal y correr con rumbo a la comandancia municipal; sin embargo, a la altura de la sucursal Santander, fue atrapado por un par de agentes policiacos y lo pusieron inmediatamente bajo resguardo, evitando que cayera en manos de los enardecidos ciudadanos y familiares del pequeño de 4 años.

El reloj apenas daba las 08:00 de la noche del martes, cuando de la calle Benito Juárez, del Barrio de Tepito, a la altura de “los coquitos”, salió corriendo un hombre de edad joven y detrás de él un grupo de al menos diez personas que trataban de alcanzarlo.

¡Agárrenlo, agárrenlo! gritaban y el fugitivo quería volar en ese momento; al llegar al otro puente El Control, de la avenida 20 de Noviembre, cuando ya casi lo alcanzaban, su última opción fue lanzarse al arroyo.

Vicente Velázquez, padrastro del niño de identidad reservada, relató que se encontraba con su familia en su domicilio en el Barrio de Tepito, concretamente en la esquina de la calle Benito Juárez y Cerrada de Juárez, y el pequeño estaba en el patio trasero de la vivienda, sin imaginar lo que estaba ocurriendo.

Daniel (el detenido), de 22 años de edad, primo de la mamá del niño, también se perdió por un instante de la vista de todos.

Había pasado unos minutos cuando el niño llegó a decirle a su padrastro que su tío lo estaba tocando y que lo había grabado, “entonces lo que hice fue reclamarle y decirle que mejor se fuera de la casa; él traía 500 pesos y le dije ‘con eso anda vete, no estés molestando’”.

El comportamiento de Daniel fue agresivo, por lo que el padrastro del niño le arrebató el celular y comenzó a revisarlo, descubriendo un video de lo que acababa de pasar en el patio trasero; dicho sujeto tenía sometido al pequeño en una posición denigrante, por fortuna sin lograr el cometido.

En ese momento fue cuando el reclamo se le hizo más fuerte y se le intentó retener, pero emprendió la huida.

Así fue como al grito del padrastro del niño y demás familiares, se sumaron otros vecinos a tratar de capturarlo, pero Daniel corrió hasta llegar al puente de la avenida 20 de Noviembre y lanzarse al arroyo.

Más de dos horas y media transcurrieron de búsqueda, con lámparas e incluso internándose policías y civiles por la orilla del arroyo; no había rastros de esta persona, experto en nadar, debido a que es pescador.

A la búsqueda también se sumó personal de Protección Civil, quienes hicieron de una lancha con motor para recorrer el afluente.

Cuando ya casi se rendían, al no encontrarlo, Daniel salió de su escondite; había permanecido oculto atrás de los locales que se encuentran junto al puente “El Control”, por el lado de la tienda “Vertiche”; una vez que salió a la avenida principal emprendió carrera con dirección al centro de la ciudad.

Testigos que se encontraban sobre el puente gritaron: ¡Acá está, acá está, va corriendo!.

Los policías municipales enseguida emprendieron la persecución y lo alcanzaron pasando la sucursal Santander, frente a los locales de fayuca, ahí se rindió y dijo que ya el mismo iba para comandancia, antes de que lo lastimaran las personas que lo buscaban.

El detenido continúa a manos de las autoridades ministeriales, donde se corre el término y en las próximas horas se continuará con los trámites correspondientes para ser puesto a disposición del Juez de Control.

Los papás del menor de edad esta mañana dormían en su vivienda, ya que se desvelaron hasta cerca de las tres y media de la madrugada por los trámites y declaraciones en la fiscalía.